El gilipollas de la semana |
Es como si te sale un hijo protestón de esos que gritan hasta en los pasillos del supermercado, al principio le haces caso (tenga razón o no) porque está dando la nota... pero al final te acostumbras y hasta que no rompe algo en la sección de cosméticos no le echas la bronca, o peor aún, haces como esas madres que dicen "Antoñito, estaaateee quieeetoooo" y siguen con su vida de adultos en las que el niño no pinta nada, y no es hasta que el niño le pega una patada a ella hasta que no se cabrea de verdad.
Y mi pregunta hacia el 15-M es ¿Hemos pegado esa patada o seguimos siendo el niño chillón del pasillo? Yo creo que en la segunda... NO a la revolución en el pasillo de los yogures.
Por eso no me extraña que nos comparen con un personaje tan zafio como la Esteban (la que vemos en la tele ineludiblemente), lo que me molesta es que se quieran quedar con esa revolución gritona pero en los términos que ellos pueden controlar para que no molestemos mientras ellos pasean con sus carros de la compra atendiendo a lo suyo y nosotros sólo somos un incordio al que se han acostumbrado.
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