Y es que si analizamos el origen de donde viene (freaky), realmente, no hay muchos frikis. Pero bueno, últimamente se le da otro significado. Ahora se es friki por leer comics bajados de internet, conocer muchos datos absurdos sobre cosas que no te harán ganar dinero (si acaso algún concurso), vestir ropas raras o ser fan acérrimo de alguna serie de películas o televisión. También por tener instalado linux o pasarte horas enteras hablando de informática. Tener algún hobby extraño y no escuchar la música comercial de los 40 principales.
Bueno, por eso, y por otras cosas que se salen de "lo normal".
A mí me gustaba considerarme friki porque cumplía muchos de esos requisitos y me hacía sentirme parte de una minoría. Es como querer ser parte de un club exclusivo, aunque sea ridículo o desternillante, sólo para unos pocos.
Pero he descubierto que, o me rodeo de muchos frikis o lo friki ha dejado de ser friki. Si ser friki es tener gustos o realizar acciones que muy pocos realizan o tienen, creo que cada vez soy menos friki.
Ya sea porque la sociedad se está volviendo tan o más infantil que yo (o bien más culta, quien sabe), o quizá porque he ido cayendo en las redes sociales sin darme cuenta, mis gustos y los de la gente, se parecen cada día más.
Ya no tengo una característica que me meta en un club pequeño. Cada día hay más gente con su linux instalado (ver Kubuntu). Hablar de un IRC o tener blog ya no es cosa de unos pocos (sí, este es reciente, otro anterior murió). Hablas de "Crisis infinitas" y te encuentras a 50 personas que te dan mil vueltas, y tu baraja de Magic ha quedado más anticuada que las gafas de Carmen Sevilla.
Quizá ya no sea tan friki (y eso me apena un poco, la verdad)
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